Por: Jorgelina Hiba
Hace meses que la postal desde la costa rosarina es insoportablemente la misma: densas columnas de humo se elevan desde las Islas que pertenecen a la jurisdicción de Victoria tiñendo una parte del cielo de gris, todas ellas originadas en quemas de pastizales. Según el análisis de imágenes satelitales realizado por Pedro Garabaya y César Massi del colectivo “Naturalistas santafesinos”, en lo que va del año se quemaron alrededor de 500 kilómetros cuadrados sólo en las Islas que se despliegan frente al Gran Rosario, desde San Lorenzo hasta Villa Constitución. Una superficie que equivale a casi tres veces el territorio que ocupa la ciudad (178 kilómetros cuadrados).
La quema de pastizales, una práctica asociada a usos considerados “productivos” del territorio como la ganadería, encontró en la falta de agua por la sequía y la bajante un factor que potenció su número y su alcance: en menos de siete meses, en toda la zona Piecas-Paraná (que va desde Santa Fe al norte hasta San Fernando en provincia de Buenos Aires al sur) ya hubo alrededor de 4.900 focos de calor, una cantidad récord desde que se comenzaron a hacer mediciones en 2012.
A pesar de las múltiples denuncias, de los reclamos ambientalistas, de las reuniones, de las prohibiciones, de las visitas de funcionarios y del despliegue de equipo del plan nacional de manejo del fuego, la realidad marca que las quemas siguen destruyendo el ecosistema y contaminando el aire que respiran decenas de miles de personas que viven en las ciudades costeras del sur santafesino.
Humedales fluviales, un territorio único bajo amenaza
Los científicos estiman que alrededor del 21,5 % del territorio argentino corresponde a la definición de humedal, a su vez dividido en 11 subregiones. Según detalló la bióloga Beatriz Giacosa en el seminario “Los humedales del Paraná”. Los humedales fluviales de Argentina están asociados al río Paraná.
El 80 por ciento del territorio del Delta del Paraná corresponde a Entre Ríos, el 15 por ciento a Buenos Aires y sólo el 5 por ciento a Santa Fe. A la altura de Rosario lo que habitualmente se conoce como “la Isla” son cuatro unidades de paisajes de humedales diferentes, un “mosaico con distinto tipo de vegetación” que incluye sectores de árboles, pastizales, plantas acuáticas y distintos tipos de flora según la elevación del suelo y el agua. “La gran heterogeneidad ambiental y la alta variabilidad temporal son las características principales de estos paisajes”, dijo la especialista.
Por su parte el también biólogo Alejandro Giraudo destacó que habitan entre 100 y 200 especies de peces en el Paraná en la zona cercana a Rosario, unas 300 especies de aves y unas 50 especies de anfibios. “El Paraná es un gran corredor de especies tropicales hacia nuestras latitudes, por allí llega mucha fauna tropical”, explicó.