Por: Jorgelina Hiba
Una calurosa mañana de noviembre, un grupo de balsas con velas a modo de pancarta surcaron las aguas poco profundas del arroyo Ludueña, primero en el barrio Stella Maris (zona oeste) y luego en la desembocadura que lo une con el río Paraná. Las balsas traían mensajes: basta de basura, basta de plásticos, basta de contaminación. Los autores de esta acción ambiental para alertar sobre el precario estado de ese curso de agua en diferentes zonas de la ciudad fueron muchos y variados: surgió de los alumnos y docentes de la escuela primaria Ceferino Namuncurá, se sumó la Red Barrial Ludueña (escuela secundaria 519, Jardín 230, vecinal, dispensario y comunidad barrial), la escuela 116 Santiago del Estero y apoyaron tanto la guardería Puerto Ludueña como Amsafé Rosario.
Antes de eso, y durante varios meses, alumnos y maestros trabajaron sobre la problemática de la contaminación del Ludueña desde el arte, desde la ciencia y desde la historia. Decoraron diferentes espacios de la escuela y fabricaron las balsas a partir de cajones de verdura a los que les agregaron velas de lienzo pintadas con paisajes del barrio y con mensajes para alertar sobre la necesidad de cuidar más y mejor el ambiente.
“Queremos que la sociedad pueda conocer como desde la escuela pública junto a las instituciones de distintas comunidades barriales nos unimos para trabajar por el cuidado del medio ambiente, los barrios, el arroyo Ludueña y nuestro río Paraná” explicaron desde la organización de la actividad.
Caravana
La actividad, que tuvo lugar el pasado miércoles 6, tuvo dos momentos: el primero fue durante la mañana con una caravana que salió desde la escuela Ceferino Namuncurá hasta el puente que atraviesa el Ludueña en Ambato y República. Allí fue la primer bajada de las balsas al agua gracias a un sistema de poleas diseñado y fabricado por los alumnos.
Más tarde el grupo fue hasta la desembocadura del arroyo a la altura de la guardería Puerto Ludueña, que se sumó a la actividad de concientización sobre el cuidado del ambiente. En ese lugar se sumaron los chicos de la escuela N° 116 Santiago del Estero, que también habían trabajado sobre el tema, y las balsas volvieron a surcar las aguas marrones del Ludueña.
