La pobreza energética afecta al 17,5% de los hogares rosarinos

Por: Jorgelina Hiba

La pobreza energética es un concepto que se aplica a familias que deben destinar más del 10 por ciento de sus ingresos para pagar las tarifas de esos servicios. Una situación prácticamente inexistente en Rosario en el 2015 -cuando apenas el 0,8 de la población de Rosario estaba en esa situación- que en 2018, en cambio, afectó al 17,5% de los hogares de la ciudad. Una situación de vulnerabilidad que excede lo económico y que se convierte en un problema social, según lo explicó el experto de la UTN y del Taller Ecologista Pablo Bertinat.

Por ese motivo, y con la premisa de que la cuestión energética no es solo algo técnico si no que puede operar también como “una herramienta de distribución de la riqueza, para bien o para mal” desde esa organización socioambiental convocaron a los candidatos a intendente de Rosario a firmar un compromiso “para el abordaje de la problemática de la pobreza energética” en la ciudad.

“Hace tiempo que exploramos el tema y tras sistematizar la información recogida hicimos una publicación que estudia diferentes aspectos de la pobreza energética en Argentina desde 2013 hasta ahora”, dijo Bertinat, quien puso el foco sobre el acelerado empeoramiento de ese indicador en los últimos tres años de la mano de la dolarización de las tarifas y el deterioro de los salarios.

“Nos llama la atención el empeoramiento de la situación en los últimos tres años, por ejemplo en Rosario pasamos de un 1% de la población con ese problema al 17%. Los tarifazos más la pérdida de salarios hicieron estallar el gasto energético de las familias” apuntó. Otro dato: mientras hasta hace unos años la pobreza energética era algo relacionado con la pobreza estructural, en el último tiempo se convirtió en una limitante que también afecta a parte de la población empleada y de clase media.

Cada vez más pobres

La evolución de ese indicador en Rosario es una foto del contexto económico nacional, y también de los gobiernos que de la mano de una política de subsidios achataron los valores de la energía hasta casi hacerlos desaparecer del gasto de los hogares: en 2003, en plena post-crisis de salida de la Convertibilidad el 33,3% de los hogares rosarinos padecía esa problemática: en 2011 ese porcentaje cayó al 2,5 y en 2015 (último año de los gobiernos de Cristina Fernández) tocó su piso histórico con el 0,8%. Con la llegada de Cambiemos y el progresivo recorte de subsidios, más la devaluación constante del peso, los porcentajes evolucionaron de la siguiente manera: en 2016 llegó al 15,4; en 2017 al 14,8 y en 2018 al 17,5%.

La pobreza energética -explicó Bertinat- no es sólo no poder pagar la electricidad, sino que viene con otras problemáticas asociadas como el acceso irregular, lo que genera situaciones de inseguridad y de peligro.

Candidatos

Como parte de una estrategia para instalar el tema en la agenda política de debate, desde El Taller Ecologista convocaron a varios de los candidatos a intendente a firmar una suerte de compromiso público. Tanto Roberto Sukerman (peronismo) como Tomás Monteverde (Ciudad Futura) firmaron el acuerdo, mientras que Pablo Javkin (Frente Progresista) envió su apoyo.

En esa carta los ambientalistas proponen elaborar una agenda de emergencia para Rosario que se organice en torno a los siguientes ejes: institucionalizar el tema de la pobreza energética en el ámbito urbano; elaboración de un diagnóstico; mejorar la tarifa social (que solo llega a la mitad de los hogares) y debatir la mejor forma de llegar a los sectores que ni siquiera pagan por la energía y que dependen de instalaciones totalmente inseguras.

“Esperamos poder darle continuidad, es un tema no abordado y los candidatos se mostraron sorprendidos por los datos. Es interesante ponerlo en agenda” subrayó Bertinat.