El cambio climático amenaza a los ecosistemas neotropicales

Uno de los efectos globales del cambio climático es la fuerte alteración de los regímenes de precipitaciones, lo que se traduce en una mayor recurrencia de eventos extremos que pueden expresarse tanto como inundaciones que bajo la forma de sequías. Esto alterará la estructura y el funcionamiento de la mayoría de los ecosistemas, pero especialmente a los de agua dulce.

En el artículo “Eventos de lluvias extremas alteran la estructura trófica de las bromelias tanque en los neotrópicos”, publicado recientemente en la revista Nature Communications y del cual participaron dos investigadores de la UNR, Guillermo Montero e Ignacio Barberis, de la facultad de Ciencias Agrarias, los autores destacan que “se deben esperar fuertes cambios en la estructura y la dinámica de las redes tróficas en respuesta a los cambios en los regímenes de precipitaciones”.

Lluvia y ecosistema  

“El cambio climático va a afectar tanto la temperatura como las precipitaciones, que cambiarán en cantidad y en frecuencia según la zona. Hicimos un experimento en siete lugares desde Costa Rica hasta Argentina para tratar de ver como variaciones en cantidades y en frecuencias de lluvias pueden afectar la estructura del ecosistema a nivel general” explicó Barberis.

Para eso, los científicos usaron como ecosistema de prueba las bromelias, un tipo de planta que acumula agua en las hojas: “ahí dentro hay todo un ecosistema que se descompone por insectos y otros organismos que son los predadores. Es un modelo de ecosistema”, detalló el científico, quien agregó que como el experimento se hizo en lugares muy lejanos y distintos entre sí, con insectos son distintos, el foco estuvo puesto en ver cómo se comportaban las plantas frente a las mismas modificaciones.

Bromelias

Las bromelias tanque son un sistema modelo, ideal para estudiar las respuestas de los ecosistemas de agua dulce al cambio ambiental. Estas plantas neotropicales tienen hojas dispuestas en forma de roseta, que pueden contener desde unos pocos mililitros hasta unos pocos litros de agua de lluvia. De este modo, forman microcosmos naturales que albergan una red trófica compuesta por microorganismos (bacterias, hongos, algas, protozoos) y macroorganismos detritívoros y predadores (insectos, crustáceos, moluscos). Las bromelias son comunes en los bosques neotropicales, por lo que cubren un amplio gradiente de condiciones ecológicas locales entre Florida y Argentina.

Respuestas

Los investigadores encontraron que las respuestas de los diferentes grupos tróficos fueron distintas. Mientras que la biomasa de detritívoros fue mayor en condiciones hidrológicas estables, la biomasa de predadores tope disminuyó con el aumento de la frecuencia de precipitación en todos los sitios, a pesar de las diferencias naturales en la identidad de las especies y la biomasa inicial. Como resultado, las pirámides de biomasa se invirtieron en las condiciones de precipitación menos frecuentes.

“Se alteró la pirámide trófica, porque con lluvias menos frecuentes la pirámide se invertía y eso es lo importante. Esa inversión significa que los ecosistemas se vuelven más inestables” dijo Barberis, quien agregó que “los eventos de lluvias que pueden ser excesivas podrían alterar la estructura trófica volviendo al ecosistema más inestable”.

Ciencia colaborativa  

El estudio del cual participó la UNR es particular, ya que son raros los estudios experimentales sobre efectos del cambio climático en los ecosistemas que se realizan en el terreno de manera coordinada y estandarizada por redes de investigadores en muchos sitios distribuidos a lo largo de diferentes geografías biológicas.

Este enfoque permite testear la generalidad de las respuestas de los ecosistemas frente al cambio climático, dando cuenta de las interacciones entre este fenómeno global y los contextos ambientales y biológicos regionales.