Por: Jorgelina Hiba
Avanzar hacia un modelo de producción de alimentos basado en el cuidado de la tierra, en la comercialización de cercanía y en el consumo responsable es posible. Esa es la apuesta y la visión del equipo de Suelo Común, desde esta semana a cargo de la verdulería agroecológica del Mercado del Patio de Rosario, donde de martes a domingos de 9 a 21 pueden conseguirse a precios accesibles frutas, verduras y productos de almacén producidos sin químicos en la zona o traídos de otras provincias.
Marisa Fogante, Laura Blaconá y Carolina Dei Cas son las tres mujeres a cargo del proyecto que, desde esta semana, acoplaron el trabajo que venían haciendo en Suelo Común con lo que ofrecía el local del mercado, volcado a la venta de la producción de los huerteros del cinturón verde de Rosario. “Asumimos la posibilidad de sumar nuestra mirada como complemento a la verdulería del mercado del patio que vende lo que hacen los productores agroecológicos del cinturón verde”.
La idea es sumar diversidad aprovechando las condiciones de clima y suelo que ofrece esta zona del país y agregarle productos de otras provincias como Formosa, donde Fogante tiene desde hace 11 años producción de frutas orgánicas con manejo biodinámico. “Traemos esas frutas y como conocemos a muchos otros productores que trabajan así y los hemos incorporado le sumaremos variedad a lo que vendemos, todo certificado orgánico, agroecológico o biodinámico” puntualizó.
Otra agricultura
En el colorido local del Mercado del Patio no hay nada a la venta que no sea agroecológico, biodinámico u orgánico, o lo que se denomina de “producción convencional”. Este tipo de productos no sólo está asociado a la salud del consumidor, sino también a la salud de todo el sistema de producción, ya que se trata de agricultores que trabajan la tierra desde un lugar diferente en el cual no se trata sólo de una inversión, sino de una forma de vida asociada a lo mejor de la ruralidad.
“Apuntamos a una alimentación viva, verde, que depende de gente real que trabaja en el campo y le pone esfuerzo. Hablamos de una agricultura familiar de personas que certifican y hacen un alimento sano y accesible económicamente” dijo Fogante, para agregar que esto significa también volver a comer alimentos de estación y de cercanía. “Todos tenemos que entender que una manzana no tiene que parecer encerada para comerla, y que una banana no tiene que venir de 14 mil kilómetros desde Ecuador. Esa ecuación ya no cierra”.
De consumidor a prosumidor
Este esquema que parte de un productor atento a los ciclos de la tierra demanda también un consumidor que además de comprar lo que precisa sea consciente del proceso y entienda que su parte es tan importante como la del que elabora y vende el producto. “Hace falta pasar de consumidor a un prosumidor que no solamente compre y lleve. Que pueda sumar desde su experiencia, que tenga una acción más positiva”, señalaron desde Suelo Común.