Los plásticos de un solo uso son los residuos que más contaminan el Paraná

Las organizaciones que forman parte del colectivo Más Río. Menos Basura lanzaron una campaña para concientizar sobre la creciente contaminación por plásticos en el río Paraná. En las últimas jornadas de recolección y clasificación de residuos realizadas en la ribera, los materiales plásticos fueron los de mayor volumen: botellas, descartables, vajilla, envoltorios y sorbetes representaron el 70 por ciento de los 580 kilos de basura recolectados.

Más Río. Menos Basura se formó en 2016 con el objetivo de sensibilizar sobre la problemática de los residuos en el río Paraná. Desde entonces, realizaron siete jornadas en distintos puntos de la ribera rosarina. En cada uno de esos encuentros, además, se analizan los materiales predominantes con los que fueron fabricados los productos que se encuentran entre los desechos, qué tipos de objetos son, y cuáles son las marcas y empresas responsables de comercializar los objetos encontrados.

En la última jornada de recolección, realizada en la zona del Acuario del Río Paraná, en septiembre pasado, participaron más de cien voluntarios y voluntarias que, en apenas dos horas, recolectaron 200 bolsas de residuos, unos 580 kilos de residuos pesables (separando algunos muy voluminosos y difíciles de poner en la balanza), doce contenedores repletos.  

De acuerdo a los datos difundidos esta semana por la organización, más del 70% del peso recolectado se conformaba de materiales plásticos, en especial botellas de bebidas, bolsas y envoltorios. 

Se identificaron más de 1.400 botellas plásticas, más de 500 elementos de vajilla descartable (vasos, bandejas, sorbetes, entre otros), más de 300 envoltorios de algún producto alimentario y más de 200 latitas de bebidas.

Luego, se hizo un examen más minucioso sobre una muestra de los objetos recolectados para determinar las principales marcas y empresas responsables de comercializarlos: el ranking está liderado por Coca Cola, totalizando el 24% de los ítems que tenían alguna marca identificable. Se destacaron también: Pritty S.A. (9%), Produnoa (7%), PepsiCo (6%), Quilmes (6%), CCU (4%), Danone (4%), Grupo Arcor (4%) y Baggio (2%).

El peso de la evidencia

Con estos números, desde Más Río. Menos Basura advirtieron sobre la importancia de gestionar correctamente los residuos, pero sobre todo sobre la imperiosa necesidad de producir menos desechos, por ejemplo, priorizando el uso de envases retornables, usando vajilla reutilizable y realizando compras a granel en envases reutilizables. 

Pero al mismo tiempo, reclamaron a las empresas asumir su parte en el problema, reclamando una mayor responsabilidad en la disposición final de los residuos, organizando y financiando la gestión de los residuos derivados de sus productos, base de los proyectos de responsabilidad extendida del productor. 

“Las consecuencias de la contaminación por plásticos se ven no sólo en la forma en que estos materiales terminan dispersos en el ambiente, sino en su afectación a la fauna y a nosotros mismos. Hoy se sabe que hay micro plásticos en toda la cadena alimentaria (y en el aire). Y que llegan a nosotros”, señaló Mirko Moskat, referente del Taller Ecologista, y recordó los trabajos del investigador del Conicet Martín Blettler sobre microplásticos en sábalos.

Y por casa…

“Recoger nuestros residuos cada vez que vamos al río es importante, pero ya no alcanza”, apuntó Moskat y consideró imprescindible que la Legislatura Nacional acuerde una ley de envases y en el ámbito local se implementen políticas locales de reducción del uso plásticos y descartables en general.

Rosario cuenta con tres ordenanzas que van detrás del objetivo de  producir y consumir menos plásticos. La más conocida y más antigua es la que minimiza la utilización masiva e indiscriminada de bolsas de polietileno tipo camiseta de un solo uso (N° 9.450). Pero además hay normas que fomentan la venta de alimentos en recipientes reutilizables (Nº 10.196), prohíben los sorbetes descartables (Nº 10.158), los vasos plásticos en heladerías (Nº 10.226) y los envoltorios innecesarios en frutas y verduras (Nº 10.216).

Sin embargo, advierte Moskat, las políticas locales deben incluir acuerdos o compromisos entre los sectores clave que pueden cambiar sus prácticas, como las instituciones, gastronómicos o los supermercados. “En esto todavía vemos pocos avances”, concluyó.