Los partidos ecologistas consiguieron muy buenos resultados en las elecciones europeas y serán, con 70 eurodiputados, el cuarto bloque más poderoso del Parlamento Europeo. Un lugar de fortaleza al que llegaron empujados sobre todo por el voto joven en coincidencia con la creciente ola de movilización de estudiantes en esos países que reclaman acciones urgentes para detener el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. El país donde más se consolidó esa opción política fue Alemania, donde terminaron segundos sólo por detrás del actual oficialismo. En Francia Los Verdes quedaron terceros después de la extrema derecha y del partido del presidente centrista Emmanuel Macron.
Si bien el núcleo del programa del grupo de los Verdes europeos (compuesto por alrededor de 30 partidos) es el reclamo de medidas urgentes para detener el calentamiento global, su propuesta también propone una mayor presión fiscal para grandes empresas y compañías tecnológicas para disminuir la “desigualdad climática”. El debate sobre los combustibles fósiles y la pérdida drástica de biodiversidad por la acción humana también aparece en la agenda de esos partidos.
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El avance más significativo fue el de los verdes alemanes, que sacaron 10 puntos más que en la última elección para escalar hasta el 20,7% de los votos. Se consolidan así como segunda fuerza del país más poderoso de Europa por detrás de la formación conservadora de Angela Merkel.
El escenario es otro en los paises del antiguo bloque soviético y en las naciones del sur, donde los movimientos ecologistas tienen menos fuerza y están menos organizados que en Europa del norte o en el bloque de los escandinavos.