El predio de la Petroquímica Bermúdez, una bomba ambiental en el Cordón Industrial

Desde hace 6 años, el predio de Petroquímica Bermúdez S.A de esa localidad del Cordón Industrial está en estado de virtual abandono. Mercurio, asbesto y otras sustancias químicas tóxicas potencialmente muy peligrosos para la salud humana y del ambiente permanecen en esa fábrica, que está inactiva y no recibe el mantenimiento necesario para garantizar la seguridad de todo su entorno.

Así lo denunciaron desde el Taller Ecologista, cuyos integrantes reiteraron su preocupación frente al riesgo latente para la población ubicada en los alrededores de esa empresa que “tiene un gran pasivo ambiental y lejos está de contar con un adecuado mantenimiento y control en sus instalaciones”. “Es necesaria y urgente la remediación del predio. Esperamos que la nueva gestión provincial asuma las responsabilidades a la brevedad”, alertaron.

Cordón al rojo vivo

Desde el Taller Ecologista (una agrupación con 34 años de trabajo socioambiental en la región) subrayaron que, en el cordón industrial, las preocupaciones de los vecinos están atravesadas por denominadores comunes: la falta de controles sobre la calidad de aire, la falta de acceso a la información sobre las empresas de la zona y la sanción express de ordenanzas en detrimento de la salud de la población son algunas de estas inquietudes. “En este contexto de desidia e irresponsabilidad oficial en torno a una de sus obligaciones fundamentales como velar por el resguardo de la salud de la población, se presenta la situación de riesgo químico de Petroquímica Bermúdez S.A”.

Cronología

Según detallaron desde la organización ambientalista, la petroquímica se encuentra inactiva desde el año 2013, aunque recién en septiembre de 2018 un grupo de autoridades nacionales y provinciales ingresaron al predio en busca de pruebas de la contaminación con tóxicos, con resultados positivos: “la detección en muestras de agua freática de cloroformo, tetracloruro de carbono, tricloroetileno, benceno y otras sustancias químicas reveló el nivel y tipo de contaminación existente en el predio”.

Los análisis que se hicieron del suelo _consigna la información difundida por el Taller_ mostraron la presencia de cloroformo, tricloroetileno, benceno y mercurio; también Lindano ó Gammexane (un insecticida que se fabricaba allí y que ahora está prohibido por el Convenio de Estocolmo) y también asbesto, un material cancerígeno que estaba enterrado en el lugar.

Pedidos y acciones 

En 2016, desde el Taller se hizo un pedido de Acceso a la Información Pública par revisar los expedientes administrativos de esa empresa “haciendo visible la terrible situación en la  que estaba y verificando lo sospechado por la organización”. “A partir de las acciones legales iniciadas por nuestra organización conocimos la existencia de un convenio entre el ministerio de Ambiente y la empresa, en el cual esta última presentó un plan de remediación al cual nunca tuvimos acceso. Fue pedido al ministerio de Ambiente y Fiscalía de Estado se opuso a que pudiéramos verlo”, subrayaron desde el área Tóxicos del Taller Ecologista.

Aún así, la organización solicitó ser parte en el expediente de remediación para brindar colaboración y controlar su efectivo cumplimiento según el artículo 2 del decreto 4174/15. Todas actuaciones que _según informaron los denunciantes_ se encuentran en el área de legales de la Provincia de Santa Fe “sin respuesta a la fecha”.

“Las últimas novedades que tenemos es que la Provincia denunció en el expediente judicial la nulidad del convenio antes mencionado por el incumplimiento del mismo. Todo esto se da en un proceso de cambio de gestión así que esperamos que el nuevo gobierno tome cartas en el asunto responsablemente y a la brevedad, por el resguardo integral de la salud de la población y el ambiente”, destacaron desde esa ONG.

Contaminación a la vista

Las especialistas del Taller explicaron que las sustancias químicas tóxicas halladas en el predio tienen “un gran potencial de daño a la salud y al ambiente”. El lindano afecta los sistemas endocrinos y nerviosos centrales y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) lo clasifica como cancerígeno humano grupo 1. La exposición prolongada al benceno puede producir leucemia, y el asbesto es un carcinógeno humano cuyo uso está prohibido en Argentina desde 2003.

“Cada año que pasa el deterioro de la arruinada infraestructura hace aumentar los riesgos de liberar contaminantes que puedan estar contenidos en tanques y bombonas. Además las sustancias químicas persistentes en la intemperie siguen su camino dispersando su contaminación por las lluvias y vientos”, informaron desde la ONG ambientalista.

Foto: Taller Ecologista