Un batallón de polillas “sojeras” invade casas, departamentos, patios y jardines de Rosario desde hace varios días, a tono con el pico de la cosecha gruesa y bien nutrido tras atacar a las plantas de soja durante el verano, la oleaginosa que esta campaña batirá récords históricos con 54 millones de toneladas de producción.
Los insectos pueden verse en diferentes zonas de la ciudad y si bien a primera vista recuerdan a la tradicional polilla “que come lana de la noche a la mañana” como canta María Elena Walsh, estas son más grandes, oscuras y se dejan ver sobre todo de noche. Su nombre científico es Anticarsia gemmatalis y es coloquialmente conocida como la “isoca de las leguminosas” por parte de los ingenieros agrónomos, quienes la tienen catalogada como una de las plagas que ataca a los cultivos de oleaginosas, sobre todo a la soja.
Tiene amplia distribución geográfica y su aparición en cantidad en el sur de Santa Fe está relacionado con la época del año, ya que estos insectos terminaron la época de ataque a los cultivos y empiezan un nuevo ciclo de desove y nacimientos. Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario esta campaña se implantaron 17,6 millones de hectáreas de soja en Argentina.
El ejemplar adulto es una polilla de hábitos nocturnos con alas de color castaño o gris con una línea transversal negruzca en su parte superior. Las larvas se alimentan de hojas provocando defoliación, aunque también puede consumir de forma parcial o total las vainas tiernas o las semillas que se están llenando.
Su aparición es normal y estacionaria y aunque aparecen de a varios ejemplares en las viviendas de la ciudad no afectaron de forma significativa a los cultivos, según información de la Bolsa. “La presión de malezas logró contenerse…y las enfermedades que amenazaban acentuarse tampoco causaron demasiados inconvenientes” explica el último informe de la GEA (Guía Estratégica del Agro).