Por: Jorgelina Hiba
Con un poco de voluntad, buena información y algo de organización, la contaminación con plásticos del río Paraná en zonas costeras podría reducirse de manera drástica, ya que la enorme mayoría de los residuos son de un solo uso y pueden ser reemplazados por otros objetos reutilizables. Usar botellas retornables, llevarse su propia vajilla, reducir al máximo las bolsitas plásticas y los envoltorios inecesarios y juntar las colillas en vez de tirarlas al agua o a la playa son acciones que cada ciudadano tiene a su alcance, que no insumen mayor esfuerzo y que tampoco demandan gastos extras de dinero, todo lo contrario.
Ese es el eje de la excelente campaña lanzada hace pocos días por el colectivo Más Río Menos Basura, una organización que nació hace pocos años en Rosario con el objetivo de concientizar sobre la contaminación del río Paraná, con especial énfasis en los residuos plásticos, en los envases de bebidas y también en las colillas de cigarillos, una plaga que todo lo invade sin que la mayoría de las veces los fumadores sepan las consecuencias de su presencia en la naturaleza.
Cada año, Más Río Menos Basura (que también apunta a que las empresas generadoras de la basura se hagan responsables de lo que generan) realiza una jornada de limpieza de playas tanto en la costa rosarina como en las Islas frente a la ciudad para luego analizar la basura recogida y poder así armar una foto de la contaminación que padece el río. En noviembre pasado, cuando se hizo la última jornada de limpieza, alrededor de 150 voluntarios juntaron ocho contenedores. Se clasificaron cerca de 340 kilos de residuos, lo que permitió tener información precisa acerca de cuáles son los objetos y materiales que más contaminan el Paraná, así como las empresas fabricantes.
Un triste ránking
Por primera vez se juntaron colillas de cigarillos, con la (desagradable) sorpresa que se trató de la basura más frecuente ya que representaron el 23% de los ítems analizados. Desde Más Río Menos Basura recordaron que cada colilla tiene hasta 7.000 tóxicos e informaron que la empresa que más basura aportó fue Philip Morris. “La recomendación principal es la de no fumar, pero si esto no se puede evitar al menos hay que dejar dejar las colillas en lugares apropiados, ya que en el ambiente representan un peligro tóxico para todos los seres vivos”.
Las botellas descartables fueron el segundo objeto más contaminante con el 19% de los ítems recogidos. La fabricación de estas botellas demanda petróleo y gas, dos recursos no renovables cuya extracción genera gases de efecto invernadero, y además son fácilmente reemplazables por envases retornables o termos.
El tercer lugar de este triste ránking fue para la vajilla descartable, con el 17% de los objetos juntados por los voluntarios. Se trata -explicaron desde la organización ambientalista- de elementos que no son reciclables en el país y que, una vez más, se pueden reemplazar sin problema por platos, cubiertos y vasos reutilizables. “Se debería avanzar con los proyectos de ordenanza para prohibir el uso de vajilla descartable y evitar su uso desde lo individual. En particular los bares de la zona costera deberían dejar ya de utilizar vajilla descartable, sorbetes y vasos” recomendaron.
Luego vienen las bolsas y envoltorios plásticos, la enorme mayoría de un sólo uso y no reciclables. Estos objetos significaron el 14% de la basura. “Es continua la importancia de profundizar en la eliminación de bolsas camiseta por lo que alentamos a los ciudadanos a llevar su propia bolsa. También está la necesidad de que las empresas exploren nuevas modalidades de vender sus productos, disminuyendo el uso de descartables” alertaron desde Más Río Menos Basura.
Finalmente, las latitas de cerveza (6% de los residuos hallados en el río) también puede ser reemplazada por envases de vidrio