Relatos para armar un río

Texto: Carina Bazzoni//  Foto de portada: Celina Mutti Lovera //  Fotos institucionales: Mariana Terrile

Con un listado que incluye a escritores ya clásicos como Juan L. Ortiz, Haroldo Conti o Juan José Saer y autores que narran desde las orillas del Litoral, la Biblioteca Argentina lanzó su reto lector de este año, que tiene como eje al río y sus humedales.

 

El juego no tiene demasiadas reglas. Leer todos los meses un texto _que puede ser una novela, un cuento, una poesía o una canción_ y compartir la experiencia con otros lectores en las redes sociales. En pocas palabras, esta es la esencia del desafío que lanzó en enero la Biblioteca Argentina con el objetivo de promover la lectura de forma lúdica y dar a conocer el contenido de su colección. Este año, la propuesta tiene un valor agregado: el rio y los humedales serán telón de fondo y protagonistas de esa agenda.

 

La invitación, iniciada en el 2022 bajo el nombre de “reto lector”, llega después de un año en el cual la bajante extrema del Paraná, la falta de lluvias y el crecimiento de los incendios en el delta pusieron a los temas relacionados a la crisis ambiental en el centro de la atención no sólo de la política y la investigación científica, sino también de las instituciones de la cultura.

La biblioteca municipal que el año pasado cumplió 110 años tradujo esas preocupaciones en la consigna “salvar la casa”, poniendo énfasis en la construcción colectiva y la afectividad. Y en el primero de sus retos lectores se propuso compartir aquellos relatos relacionados con el río, sus habitantes, sus colores, sonidos y olores. 

Como se presenta oficialmente, “el reto lector propone multiplicar las lecturas para reflexionar, indagar y soñar caminos que nos conduzcan en red a la construcción del mundo que queremos”.

 

La selección

Para esto, de los cientos de miles de libros que integran la colección de la biblioteca municipal, se seleccionaron una decena de autores que situaron sus historias entre sus riberas o las dejaron correr a la deriva por el segundo río más largo de Sudamérica. Todos los títulos se pueden leer en la biblioteca, algunos además, se pueden llevar a préstamo.

Acomodados en uno de los exhibidores que se encuentra sobre el acceso a la sala de lecturas, con sus tapas de colores sobre las que los códigos que indican su lugar en los catálogos de la biblioteca se empecinan en poner un orden, cada libro o todos juntos proponen una forma de acercarse al río.  

Sin pretensión de antología, el listado sugerido suma nombres imprescindibles de la literatura del Litoral: Juan L. Ortiz (“Entre Diamante y Paraná”), Juan José Saer (“El limonero Real”) y Horacio Quiroga (“Cuentos de la Selva”). También “Sudeste”, de Haroldo Conti; “El río de las congojas”, de Libertad Demitrópulos; “No es un río”, de Selva Almada y las voces locales como la de Angélica Gorodischer (“Técnicas de Supervivencia”), Sonia Scarabelli (“La orilla más lejana”) o Ciro Korol (“Monte”). 

La selección se permite además algunos hallazgos, como “El Paraná y las Islas”, una suerte de enciclopedia editada en 1985 por Raúl Domínguez, conocido como el pintor de las islas, o la antología “Las cenizas llegaron a mi patio”, la compilación de Martín Roda presentada hace dos años en el Festival de Poesía. Y por supuesto, también hay libros de cuentos y leyendas del litoral para compartir con niñas y niños, como Paí-Luchí, de Guadalupe Allassia.

 

Leer para salvar la casa

El reto lector de la Biblioteca Argentina nació el año pasado, como con una propuesta para incentivar la lectura y dar a conocer la vasta colección de títulos disponibles en el edificio de pasaje Alvarez al 1500. “Además de proponer una forma lúdica de acercarse a los libros, queremos instalar la idea de que la lectura no se limita a los textos, que se puede leer más allá de la letra impresa, y también que las bibliotecas son mucho más que lugares donde se guardan libros”, explica Ayelén Romero, mediadora de lecturas, parte del equipo de gestión cultural de la biblioteca, y una de las animadoras del proyecto, junto a Andrea Peruzzi, Fernanda Rivero y Luz Herrera.

Por eso, dice, la idea es abrir el juego, extender las posibilidades de lectura a múltiples soportes y géneros “para que desde algún lado la gente se acerque a leer se entusiasmen para empezar a leer o se tomen un rato para leer”.

A las historias con río propuestas en enero, en febrero se sumó la música del Litoral, en marzo el eje serán los lugares habitados, en abril las ciencias, en mayo los trabajos del río, junio con la identidad colectiva, julio con la reflexión sobre los vínculos, agosto para leer a las infancias, septiembre para repasar las luchas ambientales, octubre las historias orales y noviembre con la poesía del litoral.   

Todo un año para seguir leyendo.