Por: Jorgelina Hiba
Calor, viento, escaso control y poquísimos recursos financieros conforman el escenario en el cual se desarrollan, una vez más, las quemas de pastizales en zona de Islas entre Rosario y Victoria. El panorama, que se repite año tras año, se agrava cuando se pone la lupa en los cada vez más escasos recursos financieros que Nación destina a combatir el fuego, una ecuación que empeoró durante los últimos años con fuertes recortes en las partidas destinadas a este problema que afecta diferentes regiones del país durante los meses de primavera y verano.
Así lo establece con claridad un informe reciente de la Fundación Argentina de Recursos Naturales (Farn) que analiza las partidas presupuestarias de Nación destinadas a aspectos de protección del ambiente año tras año desde 2013 hasta 2019.
Dos ejemplos: el programa “Acciones de Protección Civil, Prevención de Emergencias y Alerta Temprana a Desastres” pasó de tener una partida de 92 millones de dólares en 2017 a 57 millones dos años después. Además, cuando el manejo del fuego pasó de la órbita de Ambiente a Seguridad los fondos se redujeron hasta un 90% en dólares.
La desfinanciación como política de estado
El presupuesto nacional es una foto precisa y detallada de cuáles son las prioridades en las políticas públicas. Según la Farn, “el cuidado del ambiente y los recursos naturales nunca han sido una de ellas” ya que entre 2013 y 2019 (fin del segundo gobierno kirchnerista y período macrista) “solo entre 1 y el 2% de los fondos nacionales se destinaron a la protección ambiental con medidas cortoplacistas, pobres en instrumentación y bajas en presupuesto”.
“Durante ese período, por cada dólar que se destinó a favor del ambiente se invirtieron 24 dólares en actividades que lo degradan” se señala en el documento “El presupuesto ambiental entre 2013 y 2019, una historia de desfinanciamiento”.
Fuego, fuego
El sistema nacional de manejo del fuego es un ejemplo de esto: enmarcado hasta 2017 bajo la órbita del ministerio de Ambiente, en ese año fue transferido al ministerio de Seguridad, aunque ciertos fondos siguen dependiendo del primer ministerio.
“Con el presupuesto y el mandato divididos, cabe preguntarse cómo está preparado el Estado para hacer frente a esta problemática que se reitera año tras año” explicitaron desde la Fundación.
Por su parte, y según ese documento de trabajo, el ministerio de Seguridad “carece de una partida presupuestaria debidamente identificable” haciendo caso omiso a algo establecido en la Ley 26.815, que en su artículo 30 dice: “créase el Fondo Nacional del Manejo del Fuego que será administrado por la Autoridad Nacional de Aplicación”.
Sumado a esto _dice la Farn_ el programa “Acciones de Protección Civil, Prevención de Emergencias y Alerta Temprana a Desastres” incluye entre sus medidas “Desarrollo de Protocolos y Planes de accionar frente a inundaciones, erupciones de volcanes y fuego y demás contingencias”.
Este programa, que en 2017 contaba con una partida de 92 millones de dólares, pasó en 2018 a tener solamente 57 millones de financiamiento, una fuerte caída “tanto en términos reales como nominales”.
Cada vez menos recursos
La Fundación señala que a pesar de la tijera “aún existen partidas presupuestarias vinculadas con el manejo del fuego en Ambiente”. Pero al comparar las partidas de ese ministerio con la partida “Conducción del Sistema Federal de Manejo del Fuego” se detecta una reducción del 90% en los fondos, que pasaron de 15 millones de dólares en 2017 a 2 millones en 2018.
“Se evidencia que, a pesar del cambio de cartera, el manejo del fuego tampoco parece ser una prioridad” dijeron los especialistas.
Sin grieta
El documento de análisis menciona que las medidas compatibles con la conservación del ambiente oscilan entre 64 y 699 millones de dólares anuales entre 2013 y 2019 “sin presentar una tendencia clara”.
Esta falta de continuidad “evidencia que el cuidado del ambiente y los recursos naturales no han sido una prioridad en la agenda de los gobiernos y que las medidas tomadas parecen cortoplacistas”.
Por el contrario, las partidas que generan un detrimento del ambiente recibieron entre 4.277 y 11.531 millones de dólares en el mismo período.
“El resultado del presente estudio demuestra que, en gran medida, si bien existen recursos destinados a actividades relacionadas a cuestiones ambientales en los sectores de energía, bosques, transporte y glaciares, aún se necesitan mejores sistemas de etiquetación y clasificación en el presupuesto nacional de Argentina”.