Ni de arenas amarrillas ni de barro marrón: muchas de las playas que la ciudad de Rosario tiene en la zona norte cerca del puente de la ruta a Victoria, e incluso algunos sectores de la zona de Islas, se han cubierto con una espesa manta de vegetación durante los últimos tres meses. ¿La razón? Ante la persistente y prolongada bajante del cauce del río, la naturaleza hizo lo suyo y la vida brotó con fuerza ante la ausencia de las aguas llenando el terreno de plantas, pasto y flores.
Con el nivel del río plantado en 1,8 metros en el puerto de Rosario y previsiones que no hablan de crecida al menos para las próximas semanas, el escenario promete mantenerse y cambiar así los colores tradicionales de las costas locales. Según el Instituto Nacional del Agua (INA) el caudal del Paraná está por debajo de lo normal tanto en su tramo brasileño como paraguayo.
Sin lluvias destacadas aguas arriba, la tendencia para las próximas semanas es estacionaria y habrá que acostumbrarse a las playas verdes en la zona.