Por: Jorgelina Hiba
En medio de una bajante histórica del río Paraná y de una sequía regional que ya lleva nueve meses, la primera mitad de 2020 mostró una cantidad de quemas de pastizales en zona de Islas que ya supera el valor total de varios años previos. Según los relevamientos que cada semana realiza el museo de Ciencias Naturales de San Nicolás Antonio Scasso, desde el primero de enero y hasta el pasado 10 de mayo las imágenes satelitales mostraron en total 1.697 focos de calor en la zona Piecas Paraná, que comprende desde la ciudad de Santa Fe al norte hasta la zona de Campana en provincia de Buenos Aires al sur.
La mayoría de los focos se concentraron entre febrero y abril, con un promedio por encima de lo habitual. Por el momento, los únicos lapsos sin focos fueron las dos primeras semanas de la cuarentena obligatoria y los días de lluvia, que han demostrado ser el único plan de manejo que funciona con efectividad bien entrado el siglo XXI.
En la semana comprendida entre el 4 y el 10 de mayo (la última relevada hasta ahora) se detectaron 68 focos ubicados sobre todo al sur de la ruta que une las ciudades de Rosario y Victoria, dentro de la Reserva de Usos Múltiples de esa ciudad entrerriana y en el delta bonaerense a la altura de las localidades de Zárate y Campana.
La extrema sequía que afecta a toda la región noreste argentina y los escasos caudales de agua que desde mediados del año pasado arrastra el río Paraná tensionan al máximo el ecosistema del Humedal, lo que potencia todavía más los efectos nocivos para el ambiente y la salud humana de las quemas, que se realizan con fines productivistas para preparar el terreno para ganadería de Islas, y en algunos casos agricultura.