Día de los Humedales: algo para celebrar, tiempo de recapacitar

El siguiente es un mensaje de la Municipalidad de Villa Ocampo, sede permanente del Foro Nacional de Humedales, en el contexto del Día Mundial de los Humedales:

Este dos de febrero como cada año desde 1977 llega el momento de recordar el día Mundial de los Humedales, y como cada año, un nuevo leitmotiv nos desafía a pensarlos, y porqué no, a conservarlos y remediarlos. En este año tan particular, en que el mundo aún transita la pandemia de Covid 19, con tanto daño registrado, el día mundial se recuerda con el tema-fuerza “Los Humedales y el Agua”.

Para algunos puede parecer extraño que se agregue el agua al concepto humedal como algo para destacar especialmente, cuando el segundo sin el primero no tiene forma de existir, aunque no es tan raro si consideramos la urgencia de las acciones que se necesitan.

Nuestro globo azul, tan lleno de agua visto desde el exterior, solo tiene un 2,5 % de ese total expresado como agua dulce, y de eso, menos del 1% a nuestra disposición. A pesar de las campañas y concientizaciones, el consumo crece un 1% anual, o sea, por encima del crecimiento vegetativo de la población. En otras palabras, estamos mal, y acelerando.

A nivel regional debemos decir que los problemas estuvieron también por encima de la media, con bajos niveles de lluvias locales y escaso caudal de nuestros ríos, lo que agravó los incendios naturales, y multiplicó por miles a aquellos de origen antrópico, ya sean por descuido o por acciones intencionales. Mortandades esperables de peces en esta situación y la presencia de niveles de sustancias tóxicas en los cursos de agua, concentradas en virtud de la bajante histórica de los ríos no fueron posible de mitigar en sus impactos.

Es tal vez a partir de un reconocimiento de estas situaciones que la Convención Ramsar cada vez habla menos de conservación y más de restauración, lo que quiere decir que ya se trata menos de “evitar” el daño, y más de “revertirlo”, lo que por cierto es más caro, difícil e ineficiente.

Todos estos impactos se verifican en multiniveles que van del global, pasando por el regional, hasta llegar al local. Uno de los principales problemas de la cuestión ambiental es que no le damos el justo valor a las respuestas locales porque  las  minimizamos, y porque nos frustra  el ver que nuestro esfuerzo y compromiso no es correspondido en otras regiones. Lo paradójico es que en muchos casos, en esas otras regiones pasa algo similar y el razonamiento que predomina es “para qué ser sostenibles si los otros no lo son?”. El círculo vicioso perfecto.

Tal vez uno de los problemas más serios a nivel ambiental hoy es que en la mayoría de los casos pretendemos solucionar los impactos que generan los demás, y hacemos pocos por los nuestros, paradigma que Villa Ocampo viene intentando revertir desde hace tiempo.

Los líderes mundiales deben encauzar los protocolos de adaptación y mitigación del cambio climático. Los sectores productivos deben entender que el cortoplacismo ambiental es cada vez más costoso. Las naciones deben aplicar múltiples mecanismos de control de las actividades ilegales, y no sólo sancionar, sino también obligar a reparar el daño, y entre otras cosas, los prometidos “faros de conservación” deben empezar a mostrar su luz.

A nivel regional, tener guardaparques e infraestructura de control y fomento a las actividades productivas sustentables debe ser el objetivo primario; puede parecer caro, pero sin dudas lo es más no tenerlos, aunque no lo veamos con claridad ahora.

Entretanto, los gobiernos y actores locales siguen siendo la primera línea en la batalla, esa trinchera en la que los héroes locales cada vez significan más, aunque no asistan a las cumbres mundiales. Los emprendedores que apuestan a los productos regionales y al turismo de naturaleza, los agricultores y criadores que utilizan los paquetes tecnológicos de manera racional, los productores extensivos que piensan en el bien y el futuro común y reniegan del fuego, y finalmente, los gobernantes de pueblos y ciudades que le dan impulso y cristalización a estas propuestas, con una estrategia clara de creación de nuevas áreas de conservación, tanto públicas como privadas, son la “respuesta local” a los problemas del planeta.

Villa Ocampo ha tomado esta filosofía como política de estado, al igual que muchas otras localidades que con diferentes tonalidades también se enfocan en el futuro.

En este 2 de febrero desde la Municipalidad de Villa Ocampo recordamos el Día Mundial de los Humedales, celebrando todo lo bueno, revisando lo que debemos mejorar, y entendiendo que esta temática, que no es ni más ni menos que el futuro de la humanidad, no tiene soluciones mágicas ni esfuerzos insignificantes. Así que: “a hacer lo que debemos y sabemos, convocando a todos a sumarse…”

Villa Ocampo (Santa Fe), Febrero de 2021