Científicos de la UNR estudian el impacto de las quemas sobre los sistemas acuáticos

Por: Jorgelina Hiba

Las prolongadas quemas en el Delta del río Paraná impactaron sobre la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos que conforman el delicado mosaico de humedales de ese territorio, según la hipótesis inicial de trabajo de un grupo de científicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que desde hace varias semanas despliega un monitoreo en una de las islas afectadas por el fuego.

El grupo de trabajo del Laboratorio Mixto de Biotecnología Acuática que depende del Acuario de Rosario, dirigido por Vanina Villanova, es uno de los equipos de la UNR que enmarcados en la Plataforma Ambiental han comenzado a trabajar en parte de las zonas incendiadas para establecer las consecuencias del fuego sobre suelos, agua, insectos, flora y fauna.

Tras 9 meses de incendios que dejaron unas 400 mil hectáreas afectadas (el 20% del Delta, que cuenta con unos 2 millones de hectáreas) y con más de 36 mil focos de calor registrados en los primeros 10 meses de 2020, el paisaje cambió tanto en lo visible como en aquello que no se ve a primera vista: vegetación y animales son la cara visible de la destrucción. Pero lejos de la recorrida del ojo humano, microorganismos y bacterias presentes en los suelos y en el agua también padecieron de primera mano los efectos del calor, la sequía y las llamas.

El agua bajo la lupa 

Villanova trabaja en el Acuario, es investigadora del Conicet y está a cargo de dirigir al equipo encargado de estudiar los impactos de las quemas sobre la biodiversidad genética en el agua. “Monitoreamos la biodiversidad acuática en un cuerpo de agua que sufrió el fuego para luego comparar los niveles de biodiversidad con la de otro cuerpo de agua que no estuvo sometido a las quemas”, explicó.

Su hipótesis inicial es que el fuego disminuyó la biodiversidad de especies, sobre todo de bacterias y protozoarios. Estos organismos son clave para garantizar la alimentación y el equilibrio de todo el sistema. “Si una parte del sistema está afectado, todo el sistema sufre”, sintetizó.

También evaluarán la reconstitución del lugar, de la cual se encargará el propio río a través de sucesivas crecientes y bajantes: “el río es muy rico y el ambiente también, no creo que haga falta ninguna intervención humana para eso. Pero sí para conocer el impacto que tuvo el fuego”, dijo.

Generar conocimiento local

Según explicaron los investigadores, el fuego aumenta la temperatura del agua, lo que disminuye los niveles de oxígeno afectando a todos los seres vivientes. Además, las cenizas pueden afectar a los peces al obstruir sus branquias y contaminar el agua.

Después de una primera aproximación que durará unos tres meses en la zona de la Isla de los Mástiles, el equipo seguirá trabajando durante los próximos dos años en la base que la UNR montará en Los Tres Cerros, la reserva municipal rosarina en el Delta.

“La idea es tener evidencia científica y datos cuantificables de como el fuego afecta al sistema para poder tener argumentos que validen el pedido de protección del humedal”, concluyó la investigadora.

Plataforma ambiental

La Plataforma Ambiental reagrupa a decenas de científicos locales que estudian desde diferentes ángulos los impactos del fuego en el humedal del Delta del Paraná. “Se pretende relevar y monitorear variables clave del sistema como la fertilidad del suelo, la biodiversidad genética en cursos internos de agua y la reaparición de flora y fauna, teniendo en cuenta además la relación e interconexión de esas variables” explicó Arístides Pochettino, el director de esa Plataforma.