Bajante del Paraná: el pico ya pasó, pero la normalidad aún está lejos

Por: Jorgelina Hiba

Desde finales del año 2019 el río Paraná atraviesa una bajante extraordinaria tanto por lo prolongada en el tiempo como por lo pronunciada en relación a la merma de sus volúmenes de agua. Tras tocar su menor nivel en más de medio siglo en enero pasado (en Rosario la altura del río marcó el 12 de enero – 0.40 metros en el hidrómetro de Prefectura), durante las últimas semanas se observó un muy paulatino crecimiento que trepó hasta los 0.60 centímetros el 17 de marzo. ¿Qué puede pasar a partir de ahora con el gigante marrón?

Según explicó Juan Carlos Bertoni, el presidente del Instituto Nacional del Agua (INA), la situación de bajante “no va a cambiar de forma drástica de una semana a otra” ya que se trata de un fenómeno extraordinario tanto por su magnitud como por su perseverancia. Para el funcionario es clave atender a tres aspectos: la climatología y las lluvias, la hidrología de las cuencas y el estado de los reservorios en Brasil.

Lluvias aún por debajo de lo normal

Ya sobre el final del verano, las lluvias dijeron presente en algunas regiones de Brasil pero no precisamente en el origen de la cuenca del Paraná, sobre todo en la zona sur que es la más cercana a Argentina: “las lluvias fueron más leves de las esperadas y lo mismo pasó en el río Paraguay, que también aporta a nuestro Paraná. Las lluvias en general han sido flacas, débiles, pero hubo algunas y eso permitió cierta recuperación, que es menor pero que es algo”, señaló Bertoni.

Cuencas y embalses

Desde un análisis hidrológico, el experto explicó que las cuencas ya no están tan secas como verano pasado y que han ido acumulando algo más de húmedas, lo que permite que, muy de a poco, se generen mejores condiciones para que haya escurrimientos de agua.

Finalmente, si se presta atención al estado de los embalses en Brasil se observa que “se han recuperado razonablemente” y que están en el orden del 60%, cuando llegaron a tener cubierta apenas entre el 20 y el 30% de su capacidad.

En síntesis: la climatología indica que la región está bajo la influencia de una Niña débil. Esto no permite esperar que haya grandes cambios rápidos, pero si abre las puertas a una mayor recuperación de almacenamiento en Brasil “que nos sirve como el tanque de agua de la casa”. “Todo esto nos permite suponer que vamos a transitar el otoño y el invierno aún en condiciones no normales, pero que ya no serán más tan críticas”.