La naturaleza está afectada como nunca antes por la acción humana. Según un informe de Naciones Unidas inédito en cuanto a su extensión, la desaparición de especies animales y vegetales se aceleró en las últimas décadas para alcanzar un ritmo “sin precedentes” con un millón de especies en riesgo de extinción, lo que provoca “efectos graves” sobre las poblaciones humanas “de todo el planeta”. Así se desprende del informe presentado por la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (Ipbes), que señala que la respuesta global a este fenómeno es insuficiente y que hacen falta “cambios transformadores” para restaurar y proteger la naturaleza.
“La salud de los ecosistemas de los cuales dependemos los humanos y todas las otras especies se está degradando más rápido que nunca antes. Estamos destruyendo las bases de nuestras economías, nuestros medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, la salud y la calidad de vida en todo el mundo” dice la investigación, que señala que “todavía no es tarde para actuar” pero esa acción debe ser local, nacional y global. Esos “cambios transformadores” significan revisar “tanto los factores tecnológicos, económicos y sociales como los paradigmas, objetivos y valores” que llevaron a esta situación.
Números que impactan
El informe estima que existen un millón de especies animales y vegetales que corren riesgo de extinguirse en las próximas décadas, algo que nunca ocurrió antes en la historia de la humanidad. Desde el 1.900 hasta la actualidad las especies locales en los grandes hábitats terrestres disminuyeron al menos un 20%. El 40% de los anfibios, el 33% de los arrecifes de corales y un tercio de los mamíferos marinos están bajo amenaza.
La situación no es tan clara respecto a los insectos, aunque la investigación estima que el 10% de las especies están amenazadas. Al menos 680 especies de vertebrados desaparecieron en los últimos 300 años y el 9% de las razas domesticadas de mamíferos utilizados para la alimentación y la agricultura ya no existen desde hace algunos años. “Los ecosistemas, las especies, las poblaciones salvajes, las variedades locales de plantas y las razas locales de animales domésticos disminuyen, se reducen o desaparecen. El tejido vivo de la Tierra se deshilacha cada vez más rápido” explica el trabajo.
Las causas bajo la lupa
Los científicos clasificaron las cinco grandes razones por las cuáles esta debacle natural está afectando el planeta: los cambios en el uso de las tierras y los mares, la explotación directa de algunos organismos, el cambio climático, la contaminación y la invasión de especies exóticas.
También señalan que desde 1980 las emisiones tóxicas se multiplicaron por dos provocando un aumento de la temperatura media mundial de 0,7 grados Celsius. La única manera de frenar tal degradación es a través de “cambios transformadores” en la economía, la sociedad, la política y la tecnología. “La pérdida de biodiversidad no es sólo un problema ambiental. Afecta al desarrollo, a la economía, a la seguridad, a la sociedad y a la ética”.