Tras 30 años de estudio de las poblaciones de aves tanto rurales como urbanas en Francia los investigadores hablan de una “hecatombe” al haber declinado un 30% en cantidad, más que nada las especies con menor capacidad de adaptación. Así se desprende de un gran estudio elaborado por el Museo Nacional de Historia Natural, la Liga para la Protección de las Aves y la Oficina Francesa de la Biodiversidad.
“Vemos una hecatombe urbana y agrícola y una ‘falsa’ buena noticia: la progresión demográfica de algunas especies generalistas capaces de adaptarse a todos los ambientes (como las palomas) en detrimento de las especies ‘especialistas’”, dice el documento.
Esto significa un camino de uniformización de la fauna silvestre como consecuencia de una banalización creciente de los hábitats y una pérdida de biodiversidad.
La agroindustria bajo la lupa
¿Cómo se explica esta disminución drástica de poblaciones de aves en ambientes rurales? Según el reporte está relacionada con la intensificación de prácticas agrícolas sobre todo a partir de los últimos 15 años. Un periodo a partir del cual se generalizó el uso de los neonicotinoides, insecticidas neurotóxicos de largo aliento.
Otro factor clave del declive de las aves especialistas en medios agrícolas es la desaparición de sus hábitats como resultado de la uniformización del paisaje en zonas de agricultura intensiva.
El capítulo urbano
¿Qué ocurre con las aves en las ciudades? Según los investigadores la situación de las poblaciones de aves es tan dramática como en el campo, ya que se redujeron un 27% en los últimos treinta años. Las razones son “todavía poco claras y múltiples”, pero entre las hipótesis mencionadas aparecen los cambios edilicios en las grandes ciudades, la artificialización de los ambientes urbanos y la intensificación de la agricultura en los periurbanos.
Todo esto disminuye el alimento disponible, sobre todo los insectos y los granos en invierno, algo agravado por la contaminación industrial o por el transporte.
El impacto del cambio climático
Las especies que mejor atravesaron estas últimas décadas son las generalistas. Aves que se adaptan sea a las grandes ciudades como a los campos o a las zonas de monte o bosque. Para los investigadores el impacto del cambio climático ya se nota: se ha demostrado que las poblaciones de aves se desplazan en función de los cambios de temperatura.
También tienen impacto las políticas ambientales: “las zonas con muchas áreas protegidas resisten mejor al declive y soportan mejor los cambios en el clima”.