“No podemos separar el cambio climático de la inequidad”

Por: Jorgelina Hiba

Mujeres, infancias, territorios, empoderar, comunicación, crisis climática. Celeste Saulo, doctora en Ciencias de la Atmósfera, hasta ahora directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y flamante nueva Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), desgrana en esta entrevista con Dos Ambientes las ideas y las prioridades de acción sobre las cuáles quiere avanzar al frente de ese organismo internacional, que por primera vez será conducido por una mujer y por alguien de Latinoamérica.

¿Cuáles van a ser las prioridades de gestión en la OMM?  

Al ser de un país del sur global tenemos dos cuestiones para señalar: tenemos muchas ideas, y sabemos trabajar en condiciones que no son las ideales. Esa mezcla de lo que tenemos casi por una cuestión de supervivencia creo que es necesaria, porque en realidad el mundo tiene más países en desarrollo que de los otros. Otra ventaja que tenemos es que podemos dialogar con los países desarrollados, no estamos fuera del circuito. Ser científica y haberme formado acá me da esa posibilidad de este diálogo constructivo entre los que tienen para aportar por estar en la vanguardia, y quienes estan en la retaguardia. Todos tenemos para aportar, creo que esa combinación es interesante y hay mucho por explotar.

Hablabas de empoderar a la gente que vive en los territorios…

No podemos separar el cambio climático de la inequidad, que está aumentando, y el cambio climático se solapa con eso. Es evidente que tenemos que pensar en los más vulnerables y cómo trabajar ahí. La única manera que me parece persistente y sustentable en el tiempo es empoderando a esos sectores vulnerables. Tienen con qué, y cualquier solución importada, dura lo que dura un aparato. No va a perdurar, la tecnología es necesaria, pero hay algo que debe combinarse con el saber local. Hay que apropiarse de la acción climática, debe haber un empoderamiento y una posibilidad no solo de mejorar las cosas, sino de construir sobre lo que ya está.

¿Hay un punto medio entre el catastrofismo climático y el negacionismo?

Es muy difícil encontrarlo, pero es un imperativo entender que esto es más que una amenaza, es una crisis. Ante una crisis podés tener dos accionares: paralizarte o responder. El discurso exageradamente catastrófico te paraliza, por eso estoy en contra de esos discursos que no construyen nada, que no abren ninguna puerta. Hay que asumir que la situación es grave, pero que es posible actuar. Ahí nos apropiamos, nos hacemos cargo, no estamos mirando una película desde nuestra casa, todos tenemos una función que cumplir en esta crisis, pero para eso hay que sentirse “parte de”. Con los negacionistas: los datos son irrefutables, hay que sobreponerles datos duros y concretos, ciencia, información y educación. Es la única manera.

Argentina tiene una economía clima-dependiente. ¿Pensás que hay conciencia de esto en las clases dirigenciales?  

Creo que no, desde lo discursivo puede ser, pero desde el accionar no. Escuchamos discursos de políticos y de tomadores de decisión que parecen hacerse cargo de que existe una situación inédita, ahora en los hechos a eso no lo veo plasmado en otras realidades. Eso me preocupa, estamos ante una situación en la que, si no nos apropiamos de esta responsabilidad, es un problema. No veo que haya acción, no solo en Argentina sino en el mundo, lamentablemente.

Tenemos graves problemas en Argentina: ¿Cómo introducimos el problema del cambio climático frente a otros problemas que parecen más urgentes?  

Siempre estuve convencida que, en realidades complejas, lo peor es trabajar de manera secuencial, un problema detrás del otro. Creo que abordar lo urgente no quita de ninguna manera la posibilidad de trabajar los otros problemas, como la sustentabilidad. No hay que trabajar de forma secuencial, sino en paralelo. Obviamente que en cualquier agenda hay que tener prioridades, pero al mismo tiempo que educás, que alimentás, podés enseñar a hacerlo de forma sustentable. Eso no atenta contra la prioridad de dar de comer o educar. Veo ahí un problema de ponerle una jerarquía menor a lo climático, cuando en realidad es un problema transversal.

¿La crisis climática es la gran agenda de este siglo?

Sin dudas, es la agenda, sobre todo entendida como una agenda socio política, cultural y económica y física.