Pensar (o repensar) ciudades donde la energía, la infraestructura y la provisión de alimentos tengan criterios sustentables es uno de los desafíos de la actualidad, sobre todo si se tiene en cuenta que más del 90% de la población argentina vive en áreas urbanas. La agroecología aparece en ese contexto como una herramienta útil y eficaz desde parámetros socioambientales y productivos para proveer alimentos frescos y de cercanía a las poblaciones citadinas, cada vez más conscientes e informadas sobre la forma en la que se produce la comida.
Sobre esos ejes se desarrolló el encuentro internacional “Agroecología, una estrategia hacia ciudades resilientes” que tuvo lugar en Rosario durante el cual representantes de diferentes ciudades del mundo debatieron la manera de rediseñar las tramas urbanas para garantizar el acceso y la producción sustentable de comida, energía y agua.
“La agroecología precisa compromiso político, conocimientos y suelos sanos. Por eso la agroecología debe estar en el centro de la organización de la ciudad. Debemos volver a producir alimentos de forma local” explicaron los expertos durante el panel de inauguración. Esto implica en primer lugar revalorizar el oficio de agricultor y mejorar y ampliar el acceso a los mercados de las producciones agroecológicas a través de alianzas con otros actores locales. “Es necesario escapar de los juegos políticos y construir más allá de los cambios partidarios” resaltaron los especialistas.
La experiencia rosarina
La ciudad tiene una trayectoria reconocida en materia de agricultura urbana y agroecología. Así lo destacó Nicolás Gianelloni, a cargo del área de Economía Social del municipio: “uno de los principales proyectos municipales es tener una ciudad sustentable que pueda ser productiva y al mismo tiempo amigable con el ambiente”.
El funcionario recordó que tanto la economía social como la agricultura urbana nacieron como respuesta al hambre y a la pobreza tras la crisis de finales de 2001. A partir de allí se avanzó en la consolidación de “un modelo productivo y de contención social” que sigue en pie en la actualidad con 30 hectáreas de Parques-Huertas públicos donde se hace producción agroecológica que sirve de sustento a muchas familias.
Centro de avanzada
La ciudad cuenta con un Centro Agroecológico de investigación (CAR) donde se producen semillas autóctonas y se trabaja según los preceptos de la agroecología. “Puede parecer una contradicción, pero mientras Rosario es la cabeza de la producción sojera nacional desde la Municipalidad intentamos decir que hay otra forma de producir alimentos” agregó Gianelloni.