Aprender los oficios del río: una Nueva Oportunidad crece a la vera del Ludueña

Por: Jorgelina Hiba

Relacionarse con el río, aprender un oficio, juntarse con sus pares, integrarse a los circuitos de capacitación y trabajo: todo cierra en el curso sobre náutica organizado desde el programa Nueva Oportunidad que este año cumple ya su tercer ciclo continuado en el predio que el club Malvinas Argentinas tiene cerca de la desembocadura del arroyo Ludueña en la zona norte de Rosario.

Alrededor de una decena de chicos y chicas respondieron a la convocatoria para capacitarse en oficios náuticos de este año, que arrancó en junio y seguirá hasta fin de año. Varios de ellos ya habían tenido un primer contacto con lo que ofrece el Paraná a través de “Barrios de cara al río”, otro proyecto socioeducativo municipal que busca acercar a los jóvenes de la zona norte de la ciudad a lo que ofrece el Paraná.

El grupo de jóvenes es heterogéneo y hay varias chicas como Aldana Sosa y Sandra Díaz, que con 17 y 16 años ya van por su segundo año dentro del programa: “me gusta mucho lo que tiene que ver con la náutica, me interesa, me llama la atención cómo se arreglan los botes y quise aprender. Me recomendaron el curso y me anoté porque quiero aprender” contó Aldana, que aprendió canotaje en la Florida y ya sabe fabricar parches, piezas para kayaks y lijar madera.

Algunos llegaron hasta el programa (que ofrece una beca mensual de 2000 pesos contra obligación de asistencia y participación) empujados por sus padres, mientras que otros arrastran una vocación que viene de familia como Estéfano Álvarez, de 19 años, nieto de lanchero y fanático de la náutica: “es lo mejor que hay, mi abuelo cruza gente a la Isla y yo lo acompañaba desde chico. Reparar lanchas siempre me llamó la atención y ahora tengo la oportunidad de hacer el curso, es algo hermoso para mi” explicó.

Del estudio al trabajo

Juan Pablo Rivero tiene 19 años y vive en Casiano Casas. Después de haberse formado en el curso sobre náutica del Nueva Oportunidad consiguió trabajo en el Malvinas Argentinas, el mismo club que alberga las clases donde también hace remo. “Hice un año y al empezar el segundo arranqué a laburar acá, me gusta demasiado, aprendí a emparchar botes de remo y lanchas, a usar material para arreglar una embarcación cómo trabajar en clubes”.

“Estoy muy contento, me gusta el club, ahora me gusta mucho el rio y estar al lado del arroyo me gustó demasiado. También hago remo ahora y me encanta, ya fui a dos competencias” contó el joven, que proviene de una familia “donde a nadie le gusta el río”. “Ahora trabajo y remo y vivo más acá que en mi casa” explicó subido al tractor con el que mueve las embarcaciones de la guardería.

Capacitar es la tarea

Además de un coordinador de la Municipalidad el curso tiene un capacitador que es David Linaro, el encargado de enseñarles a los chicos un surtido de conocimientos variados sobre los trabajos relacionados con la náutica. “Enseñamos marinería, mantenimiento de barcos, búsqueda de embarcaciones, reparaciones básicas, manejo de cabos, nudos y fondeo desde lo técnico”, explicó el docente, quien agregó que a esos conocimientos prácticos le han incorporado una dimensión ambiental para que los alumnos también entiendan y valoren el entorno que los cobija.

“Incorporamos la parte ambiental, junto a El Paraná No Se Toca hicimos una charla para ver cómo cuidar el agua y tratar los residuos para generar conciencia y que también tengan en cuenta ese aspecto”, señaló Linaro.