Hasta un tercio de la población mundial vivirá dentro de 50 años en zonas del planeta “tan calientes como el desierto del Sahara” si no se detiene el calentamiento global. En América esta crisis golpearía a 100 millones de personas en Brasil, Colombia, Venezuela, México y Guatemala. Así se desprende de un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences que sostiene que si no se revierten las emisiones contaminantes alrededor de 3.500 millones de personas dejarían de habitar en el “nicho climático” en el que los humanos han prosperado durante 6.000 años y pasarían a soportar condiciones que uno de los autores describe como “casi inhabitables”.
Según un informe de la ONG argentina Periodistas por el Planeta, a nivel mundial los países que corren mayor riesgo son la India (donde más de 1.200 millones de personas vivirían en lugares tan calurosos como el Sahara) y Nigeria, con 485 millones de personas en esas condiciones. En Pakistán, Indonesia y Sudán se verían afectadas más de 100 millones de personas en cada uno de esos países.
En América, las naciones que podrían resultar más afectadas por la suba de las temperaturas son Brasil (27,3 millones), Colombia (24,25 millones), Venezuela (22,04 millones), México (14,8 millones) y Guatemala (con casi 9 millones de personas).
Desplazamientos y alimentación, en la mira
El informe señala que 3.500 millones de personas podrían tener que desplazarse para buscar seguridad si las emisiones que generan el calentamiento global no disminuyen. El desafío, como ocurre con otros impactos del cambio climático, es poder manejar esto a través de la planificación anticipada, por supuesto junto a políticas de reducción de emisiones contaminantes.
Pero además, la crisis climática es una gran amenaza a la producción de alimentos, ya que los mapas mundiales de producción de cultivos muestran superposiciones con las zonas que se enfrentarían a un calor extremo, según especificaron desde Periodistas por el Planeta.
El autor principal del estudio, Marten Scheffer (Universidad de Wageningen), señaló que “el coronavirus ha cambiado el mundo y el cambio climático podría hacer algo similar. Con menos rapidez, pero a diferencia de la pandemia no habría ningún alivio que esperar ya que grandes zonas del planeta se calentarían hasta niveles apenas vivibles y ya no volverían a enfriarse”.
“Esto no sólo tendría efectos directos devastadores, sino que dejaría a las sociedades menos capaces de hacer frente a futuras crisis como nuevas pandemias. Lo único que puede impedir que esto suceda es un rápido recorte de las emisiones de carbono”, explicó el especialista.