Brasil arde bajo el gobierno del populista de derecha Jair Bolsonaro, y de manera literal. Según información de la agencia Reuters, los incendios forestales han alcanzado este año un récord de 72.843 en ese paísl, de acuerdo a los datos brindados por el centro de investigación espacial INPE. En los últimos días se han activado muchos focos de fuegos activos en varios lugares de la selva amazónica mientras crece la preocupación global por la (no) política ambiental de Bolsonaro, que ha decidido “liberar” la selva para el avance de la frontera de los agronegocios.
Pero ese país no es el único en omitir el cuidado del ambiente para favorecer al negocio agroexportador: según consigna la agencia AFP, organizaciones ambientalistas de Bolivia alertaron del daño sobre más de 500 especies de fauna, algunas endémicas, tras difundirse las primeras imágenes de animales muertos por el fuego de los voraces incendios que han consumido medio millón de hectáreas de bosque, cultivos y pastizales en el este de esa nación. “Actualmente ya se habrían perdido casi medio millón de hectáreas del Bosque Seco Chiquitano, único en el mundo conformado por una variedad de ecosistemas, con gran diversidad de especies de fauna y flora y una riqueza arqueológica de alto valor cultural”, señaló en un comunicado la Plataforma por el Medio Ambiente y la Vida.
El Amazonas en llamas
Según esta información, el aumento de los incendios forestales llega al 83% si se lo compara con el mismo período de 2018 y el número total es el mayor desde que comenzaron los registros en 2013. El INPE aseguró que desde el jueves pasado las imágenes satelitales detectaron 9.507 nuevos incendios forestales, principalmente en la cuenca del Amazonas, hogar del bosque tropical más grande del mundo y al que se considera vital para contrarrestar el calentamiento global.
Las imágenes muestran el estado septentrional de Roraima cubierto de humo oscuro. El estado de Amazonas declaró el 9 de agosto una emergencia en el sur y en su capital, Manaos. Acre, en la frontera con Perú, ha estado en alarma ambiental desde el viernes por los incendios. Los incendios forestales han aumentado en Mato Grosso y Pará, dos estados agrícolas que han empujado la agricultura hacia la cuenca del Amazonas y donde se ha estimulado la deforestación.
Si bien es frecuente que haya incendios en la estación seca, en la mayoría de los casos son provocados deliberadamente por agricultores o productores ganaderos que queman ilegalmente tierras para dedicarlas a la cría de ganado. Para INPE la gran cantidad de incendios no se puede atribuir a la estación seca o solo a fenómenos naturales. “No hay nada anormal en el clima este año o las lluvias en la región amazónica, que están un poco por debajo del promedio”, dijo el investigador Alberto Setzer.
El bosque chiquitano boliviano, en crisis
Un último reporte oficial del gobierno menciona que las llamas han consumido más de 471.000 hectáreas en el departamento de Santa Cruz, a causa de la quema de campos de cultivo, una práctica ancestral que en Bolivia recibe el nombre de “chaqueo”, con la creencia de que la ceniza mejora la calidad de la tierra para la siembra. Uno de los lugares más afectados es el Bosque Seco Chiquitano, un complejo de biodiversidad endémico, donde también está la Reserva Natural de Tucavaca, donde existen 554 especies distintas de animales, distribuidas en 69 especies de mamíferos, 221 de aves, 54 de reptiles, 50 especies de anfibios y 160 de peces.
En Tucavaca hay “35 especies (de fauna) endémicas y más de 55 plantas endémicas que solamente hay en este lugar en todo el mundo”, afirmó a la AFP la ambientalista Eliana Torrico. “Es increíble la diversidad que hay, ya está impactado, los daños ocasionados hasta ahora son irreversibles, hemos visto en las redes sociales fotos y videos de cientos de animales calcinados, muertos, tatús (armadillos), jochis (pacas), ciervos, tortugas, son cientos de animales que no han tenido a donde escapar”, acotó.
Los ambientalistas han achacado la responsabilidad al presidente Evo Morales por la aprobación de legislaciones que dan luz verde a la quema de pastizales para la siembra para ampliar la frontera agrícola, principalmente de soja. En efecto, un decreto supremo del 10 de julio pasado autoriza en los departamentos de Santa Cruz y Beni el desmonte para actividades agropecuarias. La norma, emitida por el Ejecutivo, se sumó a una ley de 2016 aprobada por el Congreso de mayoría oficialista que permite la quema de hasta 20 hectáreas de pastizales para pequeñas propiedades y propiedades comunitarias.