Por: Jorgelina Hiba
La foto es gentileza de Federico Gayoso
La deforestación acelerada del Amazonas, que a los incendios del año pasado le suma una tasa de desmonte demencial que sólo en marzo pasado fue un 30% mayor que igual de 2019 en términos interanuales, puede tener incidencia en la falta de lluvias que están en el origen de la histórica bajante del río Paraná y otros ríos que conforman la cuenca del Plata.
Así lo afirmó esta semana a la agencia Reuters Gustavo Villa Uría, subsecretario de obras hidráulicas de la Nación, quien señaló que “la temporada de lluvias está terminando en Brasil y casi no llovió” y que el cambio climático “está cumpliendo un papel dentro de eso”. “La deforestación en Brasil tiene un efecto innegable”, explicó el funcionario.
Las selvas como el Amazonas “sueltan” vapor de agua que, luego, se transforma en lluvia. Un ciclo afectado por la deforestación, que de la mano del presidente brasileño Jair Bolsonaro aumentó de forma drástica en los últimos meses.
Según Reuters Juan Rivera, experto argentino que forma parte del Panel Internacional de Cambio Climático, acordó en mencionar que el río Paraná padece “una gran variabilidad” en sus ciclos de crecientes y bajantes, para agregar que “si la frecuencia de sequías más extremas aparece como el resultado de la deforestación y otros cambios en el uso del suelo la región deberá desarrollar mejores herramientas para hacer pronósticos y alertas tempranas” y así estar “mejor preparados”.
Aviso temprano
El año pasado, con el pico de incendios en Brasil, la investigadora Inés Camilloni, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) había alertado que “las consecuencias de los incendios en el Amazonas son demoledoras en términos ambientales, sociales y climáticos y afectarán al mundo en términos de pérdida de biodiversidad y al clima”. “Con los incendios se libera mucho dióxido de carbono (responsable del cambio climático) y se modifica el transporte de humedad que contribuye a formar la lluvia en toda la cuenca del Plata”, contó en ese momento la experta.
“Los cambios que se pueden generar por la pérdida de superficie boscosa en el Amazonas se podría reflejar en una menor cantidad de lluvias en nuestro país, por ejemplo”, advertía Camilloni a la agencia Telam.
“La humedad que nos llega tiene su origen en el océano Atlántico (en la región norte, cerca del noreste de Brasil), ingresa al continente sudamericano y a esa humedad se le suma vapor que proviene del Amazonas a través del proceso de evapotranspiracion del bosque”, explicó la investigadora, para agregar que eso “produciría alteraciones en el clima regional ya que la pérdida del bosque tropical modificará el transporte de humedad a nuestra zona”.
“Esta humedad es la que contribuye a formar la lluvia en toda la cuenca del Plata”, explicó la investigadora del Conicet.