El aire contaminado por los incendios en la isla provoca daño genético

El aire contaminado por los incendios en la isla provoca daño genético. Así lo advirtió el médico Damián Verzeñassi quien está a cargo del Instituto de Salud Socioambiental de la UNR, como consecuencia de los nuevos incendios en el Delta del Paraná, más precisamente en la zona conocida como Isla de los Mástiles que han provocado una crisis socioambiental en la zona. El 2025 inauguró con nuevos incendios en el Delta del Paraná, más precisamente en la zona conocida como Isla de los Mástiles, perteneciente a la provincia de Santa Fe.

Para el médico Damián Verzeñassi, director de Instituto de Salud Socioambiental (Inssa) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en la ciudad de Rosario, “estamos respirando un aire que está cargado con partículas que no solamente impactan en nuestros pulmones, en nuestras vías respiratorias y las inflaman, sino que además viene acompañado de químicos que incorporados en nuestros torrentes sanguíneos nos
generan problemas de salud”. El médico de la UNR, impulsor de la investigación “La vida hecha humo” indicó: “A nivel endocrino, el humo genera trastornos en los sistemas del sueño”. Y destacó que, “sí tenemos menos oxigeno tenemos menos posibilidad de descansar, se alteran nuestros ritmos circadianos y de esa manera lo que se genera es un aumento en los niveles de estrés. Esto lo que hace es que
nuestra sociedad, nuestra ciudadanía, se vuelva más irritable, y esa mayor irritación se traduce en mayores índices de violencia”.

El paso del tiempo dejó una discusión saldada en muchos aspectos: el deterioro en la calidad de vida producto de la contaminación del aire por los incendios en la región afectan profundamente la salud de la ciudadanía. Entre los cuadros principales de afectación a la salud de las personas, el médico del Inssa, quien es uno de los autores del libro “La vida hecha humo”, editado en 2020, enumeró una serie de implicancias explicitas durante los días en que el aire está más contaminado: “Un aire cargado de sustancias químicas y partículas en suspensión que no nos permiten oxigenarnos correctamente incrementa los problemas de salud cardiorespiratorios pero sobre todo cardíacos, aumentando los infartos y los problemas de
insuficiencia cardíaca, nos generan problemas a nivel oftalmológico y dermatológico, esto lo conocemos todos, pero lo que no estamos muy en condiciones de asimilar es la información respecto del daño genético que genera el estar respirando aire con este tipo de partículas y de sustancias químicas”.

Existen estudios, según Verzeñassi, que demuestran “que las mujeres que, estando embarazadas, respiran aires cargados de partículas químicas en suspensión, lo que hace es generar menos irrigación y menos oxigenación en sus niños y niñas en gestación. Esto implica, aumentos en los nacimientos prematuros, aumentos de los nacimientos con niños y niñas de bajo peso y aumento de riesgo de aborto espontáneo. También hay estudios que hablan de la cronificación de las enfermedades respiratorias”. Entre las afecciones más frecuentes se encuentran la conjuntivitis, rinitis, sangrado nasal, epistaxis, llagas en la mucosa bucal, agitación, ahogamiento, sofocación, congestión, taquicardia, inflamación de ganglios, dificultad severa para respirar, insuficiencia respiratoria, broncoespasmo, disnea, neumonía intersticial, problemas cardíacos, dolor de cabeza, náuseas, mareos, cefaleas, vómitos, malestar general, falta de oxígeno, hipertensión arterial, alergias dermatológicas y seborreas, malestar gástrico, tristeza,
angustia, cambios de humor, ataques de pánico, entre otras.