El parlamento austríaco aprobó una prohibición total de uso del glifosato en su territorio nacional y convirtió así a esa nación de Europa central en el primer país de ese continente que no permite usar ese herbicida en nombre del principio precautorio. La mayoría de los diputados votó a favor de una iniciativa propuesta por los socialdemócratas y apoyada por la extrema derecha para no permitir el acceso al mercado de productos elaborados con glifosato.
La decisión fue criticada por una parte de los diputados que recordaron que la reglamentación europea autoriza el uso de glifosato al menos hasta diciembre de 2022 tras renovar su licencia de aplicación en 2017.
Son varios los países europeos que han empezado a limitar el uso del glifosato o que planean prohibirlo totalmente: el gobierno francés ha prometido que el herbicida no se aplicará más “en sus principales usos” en 2021 y para todo tipo de uso dentro de 5 años. En 2017 se prohibió su utilización en espacios verdes públicos. Otros países tienen prohibiciones parciales como la República Checa desde este año e Italia y Holanda desde 2016.