Europa quiere transparentar el mercado de agroquímicos y por esa razón el pasado jueves 7 de marzo el Tribunal de la Unión Europea se expidió a favor de que todos los estudios sobre el glifosato (hasta ahora confidenciales) tomen estado público. En un fallo que busca estar a la altura de las crecientes demandas sociales relativas a la calidad de los alimentos, ese Tribunal anuló una decisión previa de la Efsa (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) que estaba alineada con los intereses comerciales de las grandes firmas químicas globales y confirmó que “el interés del público de tener acceso a información en materia ambiental es mayor al interés comercial del sector privado”.
Todo comenzó en marzo de 2016 cuando un grupo de eurodiputados de Los Verdes hizo un pedido para acceder a los estudios toxicológicos que Monsanto había suministrado a la Efsa en el proceso de validación del glifosato. En ese momento en Europa estallaba un fuerte debate respecto a los efectos negativos sobre la salud y el ambiente del herbicida más famoso de la multinacional estadounidense comprada por Bayer en junio del año pasado.
Unos meses antes, basándose en esos estudios hasta ahora confidenciales, la Efsa había estimado que el glifosato no comportaba riesgos cancerígenos a pesar que el Centro Internacional de Investigación en Cáncer lo había clasificado como “cancerígeno probable” apoyándose en investigaciones públicas sobre ese tema.
El fallo del Tribunal europeo cambia el escenario y abre un nuevo capítulo en la saga del glifosato a nivel global que impactará sin duda a nivel nacional.