La bajante del Paraná impacta en la fauna del Humedal

Por: Jorgelina Hiba

Foto: prensa BCR

Hace ocho meses que el río Paraná está en niveles inferiores a los históricos, una situación que además de afectar la navegación y las actividades productivas tiene un impacto directo sobre la fauna que habita la región, tanto la terrestre como la acuática.

Mamíferos, reptiles, aves y peces se ven enfrentados a un caudal de agua muy inferior al habitual, lo que en algunos casos los lleva a modificar comportamientos, puede afectar sus ciclos naturales y, más que nada, los expone con mayor intensidad a acciones de depredación humana.

Mamíferos

Alejandro Larriera docente, investigador y ex funcionario del área ambiental de la provincia de Santa Fe explicó que la escasez prolongada de agua en los diferentes sectores del río y su valle de inundación afectan de manera diferente a mamíferos, reptiles, aves y peces.

En la fauna terrestre que habita la zona de islas esta bajante prolongada en el tiempo y pronunciada en cuanto a volúmenes de agua puede provocar algunos movimientos y aglomeraciones de algunas especies típicas como los coipos y los carpinchos, que por esta circunstancia puede quedar más expuestas a depredadores con el humano como amenaza principal. “De alguna forma se da una situación parecida a la de las grandes crecientes por la reducción del espacio terrestre, lo que lleva a algunos animales a quedar más expuestos” dijo el especialista.

También puede haber hallazgos más frecuentes de otras especies asociadas al sistema como zorros o aguará guazú, forzados a moverse más de lo habitual por la restricción que genera la sequía. “Hay que destacar que tanto las crecientes como las bajantes no son eventos a los que la fauna no esté acostumbrada a lo largo de su historia evolutiva, pero hay que atender a la incidencia humana. Las especies pueden recuperarse, pero si aparecen seres humanos inescrupulosos esta recuperación puede tornarse más dificultosa”, señaló.

Reptiles y aves

En relación a los reptiles, Larriera señaló que los yacarés tienen una alta capacidad para tolerar épocas de sequías. Por ejemplo, pueden enterrarse en el barro largo tiempo a la espera de que el agua vuelva a su cauce normal. “Ciertamente hay estrés ambiental, pero no es de vida o muerte para la especie”.

Las aves también padecen la falta de agua, más que nada aquellas relacionadas con el valle de inundación del río. Según Larriera, es muy probable que se vean hallazgos más frecuentes en zonas periurbanas de algunas especies como pollonas, mirasoles, patos y garcitas.

Peces

Para la fauna íctica del Paraná el momento de la bajante es especialmente complicado, ya que coincide con los ciclos reproductivos de especies como el sábalo y el surubí, dos de las más demandadas desde lo comercial.

En ese sentido Larriera señaló que la falta de agua complica el paso de los alevines hacia las lagunas o arroyos internos del Humedal, donde encuentran comida y refugio. Se trata de una fase clave que ya resultó afectada la temporada pasada también, por lo que se suman dos períodos de bajante consecutivas, lo que fragiliza el estado del recurso.